20090816

Tramitarse los orgasmos (El Chasco, 2º título alter*nativo)

No cojo creyéndome que por la posición en la que estoy, o por como me muevo, o que atiendo o que no, tengo en mí el orgasmo de mi pareja del momento.
Si pasa, después de años de disciplinamiento de pornografía heterosexista y machista, a la hora de los bifes, en que la respiración se agita y estalla la cabeza en el ritmo frenético, justo se cruce una imagen normalizada… y nomás porque se empieza a notar el cansancio -los músculos fisuran cuando se tiene una amante exigente- que si acaba en ese momento, a ese ritmo, es la gloria al mejor estilo playboy: Me puedo tirar al costado y dejar que el cuerpo se derrita con los músculos desarmados pero con la sonrisa de una misión cumplida. La imagen de consagración del macho que sabe darle a su perra lo que tiene y para que tenga... Si no sale como dice la imagen, y ella no acaba en ese instante en que se quiebra el ritmo como efecto domino, se desbarata el cuerpo y se vuelve El Chasco. No dan las fuerzas para salir de la cama y masticar el orgullo de amante flaco solitx. Menos todavía se puede seguir carreteándola, no solo porque no da el cuerpo sino porque te llenas de esa leche horrible que te corta el mambo dejando la imagen consumida como recuerdo del fracaso de no cumplir con las expectativas, con el rendimiento que esa imagen dice que la pareja del momento espera.
Lo cierto es que pocas veces nos ocupamos de conocer, saber, entender las expectativas que nuestra pareja (del momento) tiene… también, ¿cómo carajo se pregunta eso?
Después de esos segundos de cuelgue, reconozco la imagen. No es mi pareja la que reclama ese rendimiento. La veo subirse y arreglárselas muy bien solita, acabando mientras cabalga arriba mío sin notar el flash cortamambo que me atraviesa.
La imagen que me dice que ella no puede/no sabe/no es capaz/no debe administrarse y tramitarse sus orgasmos, sigue ahí, la veo evidentemente ridícula, casi para reírme, tan ajena a mí, a esta realidad instantánea.
¿El malestar era porque yo no alcanzo? ¿Como seria la medición, desde una perspectiva no machista y no heterosexista, un buen rendimiento cuando no se mide en centímetros de dura/ción? ¿Las expectativas de quienes tengo que llenar cuando ni siquiera podría rellenar un forro?
El rendimiento que se le impone a la masculinidad desde la erótica de poder falocéntrica, ¿no es el límite que entrampa en El Chasco mismo? ¿Qué significa esa expectativa de un orgasmo a toda costa? ¿Una acción desesperada para culminar qué?
Es más fácil, menos frustrante, más placentero que me bañen en una cabalgata mientras los músculos se disuelven dejando de ofrecer resistencia. Y que ese límite que la imagen construye se quiebre por la visón de una compañera hecha una perra jadeante, totalmente endiosada y repleta de su propia leche estallando por la habitación...

mmmhh... creo que me colgué un poco…

Chino… con + q una caña en¡cima…

Esto NO esta basado en hechos reales.

(cuantas veces escuche eso !!!?)

20090807

Sección pa` deconstruir el falocentrismo... unas re flexiones

Esta sección es otro intento por poner en ridículo elementos simbólicos que construyen la nocion de que la masculinidad es algo que simplemente se da, que es natural de los hombres biológicos, y que se ponen en juego cada vez que hablamos y discutimos sobre la masculinidad.
Cuando la discusión se vuelve una entramada de juicios, a veces llegando a ser esencialistas, otras veces con las complejidades que la/s teoría/s delira/n, y otrxs tantos debates de/ veladas sobre que tan legítimamente humanx se es por lo que se tiene entre las piernas. Hace falta recordarnos que todxs somos construcciones, sobre todo la masculinidad inmaculada de los hombres, por lo tanto descontruibles, sino destructibles...

(...)


no tenia ganas de elegir un foto mejor

Monumento al falo:

Ya es por tod*s conocido (!?) –este si que es un bolazo- el Obelisco, monumento Nacional al Falo Argentino, lo podemos encontrar en Buenos Aires –como otro ejemplo de la organización jerárquica del estado federal- instalado interrumpiendo el transito -seguro de tener la impunidad que ningunx piqueterx tendrá jamás!- en el medio de una avenida transitadísima en la capital de esto que dieron en llamar país, hace ya unos siglos.
Grande y duro, rígido y cuadrado!!! un claro exponente de lo que debe ser el macho argentino, el arquetipo del hombre necesario para este joven (!?) estado-nación.
Podría seguir con las comparaciones y descripciones casi ridículas, pero se las dejo: hueco por dentro (uh!!), con refuerzos de hierros y relleno de cemento (uuuhh… se me ocurren varios paralelismos bastante macabros sobre la politica ejercidad desde ahí)

continuará... algun día




Chino X alyen