Aquí presento a un parásito mental que me ha interrumpido la cena un millar de veces. Hoy quiere hablar y reclama este espacio para sí. Cree tener algo interesante que decir respecto de construcciones disidentes, de masculinidades no hegemónicas, contradicciones a flor de piel y cuero perruno coherente de militancia y compañía. Les ruego lo soporten, lo que quede de tiempo en este experimento. Administrando este espacio virtual y corporal me ocuparé de que no se zarpe el muy tarado, aunque no de censurarle. Preferimos abrir espacio para la palabra sentida y no los discursos prefabricados…
alyen
